En la actualidad África presenta tres áreas de distribución de la selva tropical: los bosques guineanos de África occidental que se extienden por la costa, la cuenca del Congo que abarca varios países de África central y los bosques orientales que se encuentran en las zonas montañosas del este.
Varios autores (T. Couvreur et al., 2021) han sugerido que durante el Paleoceno y el Eoceno, una selva tropical panafricana se extendió continuamente desde África occidental hasta África oriental, debido a las condiciones climáticas favorables. La fragmentación repetida de esta selva tropical panafricana en bloques occidental, central y oriental, durante los períodos más secos de la transición Eoceno-Oligoceno (EOT), el Mioceno medio y el Plioceno, se invoca para explicar el origen de las principales distribuciones disyuntas transafricanas. Durante la transición Eoceno-Oligoceno (34,1-33,6 Ma) se cree que las selvas tropicales se retrajeron significativamente, fragmentando el bosque panafricano del Eoceno que posiblemente persistió hasta entonces. El EOT también marcó un importante giro evolutivo en las gramíneas (Poaceae), que se desplazaron y posteriormente se diversificaron desde sus hábitats ancestralmente cerrados hacia hábitats abiertos.
Las condiciones más favorables tras el EOT podrían haber propiciado una renovada expansión de las selvas tropicales, reconectando los bloques forestales del oeste y el este. Esto concuerda con la deriva de África hacia el norte y la posición del ecuador sobre el actual Golfo de Guinea. Este periodo de climas cálidos renovados durará hasta el óptimo climático del Mioceno medio (MCO) (17–14,7 Ma). La ausencia de cutículas de pasto carbonizadas y polen indica la ausencia de hábitats abiertos generalizados. Las condiciones desfavorables para las plantas adaptadas a la sequía durante el Mioceno Temprano dieron lugar a los primeros eventos de vicarianza inferidos en algunos elementos de la flora de Rand (un conjunto de taxones adaptados a la sequía, que se distribuyeron en los márgenes subtropicales y más secos de África).
Poco después de la MCO, se reanudó el enfriamiento global. Entre los factores hipotéticos que impulsan este enfriamiento se encuentran: las constricciones de las vías marítimas tropicales, en particular el cierre del mar de Tetis alrededor de 14 Ma,; una importante disminución de la pCO2 entre 15 y 14 Ma y el levantamiento tectónico a escala global.
La reconexión de África y Eurasia mediante el cierre de la vía marítima de Tetis (20-14 millones de años) puso fin al aislamiento de África de 80 millones de años. Esto condujo a importantes intercambios de flora a través de la placa arábiga. El cambio de linajes africanos previos, que habían evolucionado de forma aislada dentro de África, con migrantes del norte. Durante el Mioceno Medio, las condiciones generales más secas propiciaron la expansión de hábitats abiertos, como pastizales y bosques así como la la presencia de gramíneas C4 en África. Durante el Mioceno Medio, el continuo ascenso de la meseta de África Oriental coincide con las primeras radiaciones de los clados alpinos tropicales o afromontanos. La meseta de África Oriental proporcionó una importante ruta migratoria que unía el norte y el sur de África, permitiendo que los elementos del Cabo se dispersaran hacia el norte y los elementos euroasiáticos hacia el sur, favoreciendo los intercambios transcontinentales longitudinales. El desierto del Sahara, datado en 7 Ma, se inicio asociado el retroceso del mar de Tetis. Aun así, las fluctuaciones entre los ambientes lacustres, pantanosos y áridos en la cuenca del Chad durante el Mioceno tardío dan testimonio de variaciones climáticas de mayor frecuencia, posiblemente de ritmo orbital, durante el Mioceno tardío en el norte de África.
El corredor producido por el levantamiento de la meseta de África oriental actuó de forma selectiva respecto a los grupos de gramíneas. Mientras que mientras que las Poeae (Festucas, Avenas..) emigraron de Eurasia hacia el sur de África, no ocurrió lo mismo con Triticodae (Trigos, Bromos..). Las Stipodae tienen pocas especies endémicas en África estando restringidas a la parte norte y siendo de origen Euroasiático. Esto se interpreta, dada la antigüedad de grupo, que las primitivas Stipodae no habían alcanzado este continente antes de la fragmentación de Godwana o que ellas no se adaptaron a los cambios climáticos que ocurrieron en África cuando este continente se separó y emigró, siendo eliminadas de la flora ( M. E. Barkworth & J. Everett, 1986). Dentro de las gramíneas C4 las Andropogoneae, originadas en el continente indio, tuvieron por este corredor una forma de acceso hacia el continente africano. En sentido contrario, las Chloridoideae de origen africano pudieron salir hacia Eurasia. Dentro de los grupos africanos que no corrieron la misma suerte tenemos a Danthonioideae donde la mayoría de los géneros permanecieron en África del Sur.
Si nos referimos al género Aira, este penetró desde Eurasia y su distribución actual se muestra en rojo en el siguiente mapa.
Mapa de distribución del género Aira en África tomado de Global Biodiversity Information Facility (gbif.org)
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